El panorama del mercado fotovoltaico en España ha experimentado una notable transformación en las últimas décadas, situándose como uno de los sectores más dinámicos tanto a nivel europeo como mundial. Esta evolución no solo se atribuye a la cantidad de horas anuales de luz solar en el país, sino también a un entorno legal y fiscal propicio que ha incentivado la inversión en energías renovables. Estas regulaciones están en sintonía con los objetivos de neutralidad climática establecidos por la Unión Europea para el año 2050, evidenciando un firme compromiso del gobierno hacia el desarrollo de fuentes de energía limpias y sostenibles.
El creciente interés en el autoconsumo energético ha impulsado aún más el crecimiento del mercado fotovoltaico. Cada vez más empresas y comunidades de vecinos optan por instalar sistemas fotovoltaicos en sus edificios y estructuras, buscando no solo reducir costes a largo plazo, sino también contribuir al control del cambio climático. Este enfoque en la autosuficiencia energética refleja una tendencia global hacia la descentralización y diversificación de las fuentes de energía.
Inicios del mercado fotovoltaico en España
Para comprender plenamente la evolución de este mercado en España, es fundamental explorar sus primeros pasos. Aunque en sus inicios el desarrollo fotovoltaico era principalmente experimental, marcó el comienzo de una revolución energética en el país. En 1984, se inauguró la primera central fotovoltaica en San Agustín de Guadalix, Madrid, con una capacidad de producción de 100 kW. Aparte de representar un avance tecnológico significativo, este hito también estableció un precedente al ser la primera planta de energía solar conectada a la red eléctrica nacional.
Sin embargo, durante la década siguiente, el interés en la fotovoltaica disminuyó considerablemente, relegando el desarrollo del sector a proyectos experimentales y de pequeña escala. Ejemplos de esto son las instalaciones en viviendas particulares en Pozuelo de Alcorcón, así como proyectos en instituciones educativas como el Instituto de Energía Solar de la Universidad Politécnica de Madrid y la Biblioteca de Mataró. A pesar de estos avances modestos, el impulso renovador se reavivó con la construcción de una planta fotovoltaica en Toledo en 1994, que en su momento fue considerada la más grande de Europa con una producción de 1 MW.
Estos primeros pasos fueron claves en el rumbo hacia la consolidación del mercado fotovoltaico en España, caracterizado por avances tecnológicos, cambios regulatorios y un creciente compromiso con la transición hacia un modelo energético más sostenible y resiliente.
La legislación empieza a darle soporte jurídico al mercado fotovoltaico en España
Por cierto, la evolución del mercado fotovoltaico en España ha estado marcada por una serie de hitos legislativos que han moldeado su desarrollo y crecimiento. El primer instrumento legal significativo fue el Real Decreto 2818/1998, que estableció regulaciones relacionadas con la producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables, residuos y cogeneración. Este decreto sentó las bases para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos en el país, proporcionando un marco normativo claro para su implementación.
Posteriormente, en 2000, se promulgó el Real Decreto 1663/2000, que abordó específicamente la conexión de instalaciones fotovoltaicas a la red de baja tensión. Esta medida fue crítica para facilitar la integración de sistemas fotovoltaicos en la red eléctrica nacional, allanando el camino para un mayor despliegue de proyectos solares en España.
El impulso legislativo continuó con una serie de cambios destinados a incentivar la producción de electricidad a partir de fuentes renovables, lo que llevó a un rápido crecimiento en el sector fotovoltaico. Entre 2006 y 2007, la capacidad instalada aumentó de 146 MW a 690 MW, y en el año siguiente, se produjo un verdadero boom con la instalación de más de 2.700 MW adicionales, alcanzando un total de 3.398 MW de capacidad instalada.
El polémico “impuesto al sol”, una barrera de corta duración
Desafortunadamente, este crecimiento exponencial se vio frenado abruptamente por la aprobación de una carga impositiva que limitó la expansión del mercado fotovoltaico en España. Nos referimos al controvertido «impuesto al sol» en 2015, incluido en el Real Decreto 900/2015 y que supuso un obstáculo significativo para el sector. Este impuesto gravaba a los usuarios con instalaciones de autoconsumo superiores a 100 kW, argumentando que debían contribuir al mantenimiento de la red eléctrica convencional.
El impacto del “impuesto al sol” se hizo sentir en todo el mercado fotovoltaico español, especialmente en el segmento de autoconsumo. Durante los tres años en que estuvo vigente, se observó una contracción en la adopción de sistemas fotovoltaicos por parte de los consumidores. Posteriormente, en 2018, el gobierno de Pedro Sánchez derogó esta medida mediante el Real Decreto-ley 15/2018, marcando un punto de inflexión en la política energética del país.
Esta derogación no solo eliminó el obstáculo del impuesto al sol, sino que también introdujo medidas para fomentar el autoconsumo de energía, como la compensación del excedente vertido a la red por pequeños consumidores. Además, se anunciaron iniciativas para reducir los trámites administrativos y promover el autoconsumo colectivo entre comunidades de vecinos y empresas. Las mismas fueron oficializadas en el Real Decreto 244/2019, que regula el autoconsumo de energía en España.
Evolución del mercado fotovoltaico en España en los últimos años
Sin duda, el sector que nos ocupa ha demostrado un crecimiento sostenido desde comienzos de la presente década. En el transcurso del año 2020, las energías renovables jugaron un papel fundamental en la generación de electricidad en el país, contribuyendo con un total de 109.361 GW/h, lo que representa un notable avance hacia un sistema energético más sostenible. Es importante destacar que las energías renovables, incluida la solar fotovoltaica, desempeñaron un papel significativo al aportar el 53% de la capacidad total instalada de generación eléctrica nacional. De hecho, en el mix energético nacional la participación de la energía solar fotovoltaica alcanzó casi 14%, con 15.223 GW/h.
Un año después, el 23 de febrero de 2021, se registró un hito importante: la producción solar fotovoltaica alcanzó un récord histórico en España, con una producción programada de 6.688,33 MW/h a las 2 de la tarde. Este hecho ratificó el potencial de la energía solar en el país y su capacidad para proporcionar una fuente de energía limpia y renovable.
El año 2022 continuó marcando avances significativos en el mercado fotovoltaico en España. En dicho período, esta fuente registró un crecimiento del 9,1% en la potencia instalada renovable en comparación con el año anterior. Tal incremento se tradujo en 5.899 MW adicionales de capacidad instalada, consolidando aún más el papel de las energías renovables en la matriz energética del país. Específicamente, la potencia solar fotovoltaica experimentó un aumento récord de 4.498 MW, convirtiéndose en la tercera fuente de generación eléctrica más importante en España, con el 16,6% del total de la capacidad instalada nacional.
2023: un año relevante para el sector fotovoltaico
De acuerdo a Red Eléctrica de España, el año 2023 marcó otro récord para la industria fotovoltaica local. Durante ese ejercicio, la potencia instalada de solar fotovoltaica registró un aumento del 28%, sumando 5.594 MW adicionales al parque de generación español. Este crecimiento significativo situó a España como el segundo país con mayor potencia instalada solar dentro de la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E), demostrando el liderazgo y la capacidad del país en la adopción de energías renovables.
Situación actual del autoconsumo en España
Ciertamente, el autoconsumo es un segmento muy relevante dentro del sector fotovoltaico en España. En 2023, se registró un aumento en la potencia instalada de energía solar en instalaciones de autoconsumo, con un total de 1.706 MW adicionales. Aunque hubo variaciones en el crecimiento en diferentes sectores, el autoconsumo industrial fue el que más creció, con 1.020 MW más de potencia instalada. Le siguen el residencial (372 MW), el comercial (291 MW) y las instalaciones aisladas (23 MW).
En realidad, estos datos de la Unión Española Fotovoltaica, UNEF, muestran una caída considerable del 32% en la tasa de crecimiento respecto al 2022. Pero suponen un incremento del 42% en comparación con el 2021.
Aun así, es importante tener en cuenta que este crecimiento también estuvo influenciado por factores coyunturales, como los altos precios de la energía generados por la crisis geopolítica en Ucrania y las ayudas contempladas al autoconsumo dentro de los Fondos de Recuperación de la COVID-19. A pesar de estos desafíos, el futuro del mercado fotovoltaico en España se presenta prometedor, con un continuo impulso en la transición hacia un sistema energético más limpio, sostenible y resiliente. Conoce en este enlace algunas iniciativas urbanas de desarrollo sostenible que integran energía solar.
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