En la unión está la fuerza, dice el célebre lema muy apropiado para el tema de nuestro post: el autoconsumo colectivo. Es evidente que el autoconsumo energético ha tomado una relevancia significativa en los últimos años. Especialmente, ahora que nos preocupamos más por la sostenibilidad y la eficiencia energética de nuestros estilos de vida y modos de producción. Si bien, las instalaciones de autoconsumo más comunes en la actualidad son las individuales y la de cubiertas industriales, el autoconsumo colectivo es una modalidad que está comenzando a ganar protagonismo.
Esta forma de consumo energético permite que múltiples usuarios compartan una única instalación de generación de energía, principalmente mediante placas solares fotovoltaicas. Ahora, ya entiendes por qué empezamos este post con la popular y certera frase sobre la unidad. Y aquí mismo te explicaremos los aspectos clave del autoconsumo colectivo, desde su definición y quienes optan por esta modalidad, hasta los diferentes tipos que existen y los requisitos que deben cumplir las instalaciones.
¿Qué es el autoconsumo colectivo y quiénes optan por esta modalidad?
En esencia, el autoconsumo colectivo es una modalidad en la que varios consumidores se agrupan para aprovechar la energía generada por una o varias instalaciones de producción próximas a sus lugares de consumo. Esta definición, establecida por el Real Decreto 244/2019 del 5 de abril, implica que estos consumidores acuerdan compartir la electricidad producida, lo que puede darse tanto en entornos urbanos como rurales. Por ejemplo, en edificios de viviendas, polígonos industriales, comunidades energéticas y centros comerciales, así como en pequeños centros urbanos y zonas rurales.
Por otro lado, el autoconsumo colectivo en comunidades de vecinos es crítico para el desarrollo integral del consumo de energías renovables. Particularmente, en un país como España, donde según el último Censo de Población y Vivienda, el 71,8% de las viviendas familiares corresponden a viviendas plurifamiliares. Este dato subraya la importancia de promover el autoconsumo colectivo para maximizar los beneficios de la generación distribuida de energía.
Tipos de autoconsumo colectivo
El citado RD 244/2019 establece tres modalidades principales de autoconsumo colectivo, cada una con características y requisitos específicos:
- Autoconsumo colectivo sin excedentes. En esta modalidad, las instalaciones están equipadas con un sistema que impide que la energía excedente generada se vierta a la red eléctrica. Esto se logra mediante un sistema antivertido, garantizando que toda la energía producida sea consumida directamente por los usuarios asociados.
- Con excedentes no acogido a compensación. Aquí, los excedentes de energía pueden ser vendidos en el mercado eléctrico. Para ello, la comunidad de vecinos debe registrarse como productor de energía en el Registro Administrativo de las Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica (Raipre) o tener un acuerdo de representación en el mercado con una comercializadora. Este tipo de autoconsumo es más complejo y, generalmente, menos atractivo para los consumidores domésticos debido a los requisitos administrativos y operativos. Pero sí puede ser interesante para comunidades energéticas y polígonos industriales. De hecho, es una opción productiva de autoconsumo solar para empresas.
- Autoconsumo colectivo con excedentes acogido a compensación simplificada. Esta modalidad permite que los excedentes generados se compensen con descuentos en el término de consumo de la factura eléctrica de los usuarios. Es una opción más sencilla y accesible para los consumidores domésticos, ya que facilita el aprovechamiento económico de los excedentes sin necesidad de venderlos directamente en el mercado eléctrico.
Requisitos para las instalaciones de autoconsumo colectivo
Para que una instalación de autoconsumo colectivo sea viable, debe cumplir una serie de requisitos técnicos y legales. La conexión puede realizarse de tres maneras principales: a través de una red interior, mediante líneas directas o utilizando la red pública. En el último caso, se deben cumplir condiciones específicas establecidas por el RD 244/2019. Las principales son:
- La conexión debe realizarse a la red de baja tensión (BT) derivada del mismo centro de transformación que suministra a los consumidores.
- La distancia entre la instalación generadora y los puntos de consumo no debe superar los 500 metros, medidos en proyección ortogonal. En el caso de instalaciones fotovoltaicas, esta distancia puede extenderse hasta 2.000 metros, siempre que la instalación esté ubicada en cubiertas de edificaciones, suelos industriales o estructuras artificiales con otro uso principal.
- Tanto la instalación generadora como los consumidores deben estar ubicados en la misma referencia catastral, coincidencia que se determina por los 14 primeros dígitos del código catastral (con algunas excepciones para comunidades autónomas con normativa catastral propia).
Un dato importante a tener en cuenta es que todos los consumidores asociados deben pertenecer a la misma modalidad de autoconsumo.
Más aún, como consumidor puedes estar vinculado a múltiples instalaciones de autoconsumo colectivo con diferentes porcentajes de reparto, pero siempre en la misma modalidad. Por lo tanto, es posible combinar autoconsumo individual y colectivo, siempre que se mantenga la misma modalidad en ambos casos.
Otros requisitos relevantes
En el ámbito del autoconsumo colectivo, es esencial que cada instalación cuente con un equipo de medida que registre la generación neta. Este requisito está claramente estipulado en el punto 3 del artículo 10 del Real Decreto ya referido. Los consumidores asociados a la instalación de autoconsumo mantendrán sus equipos de medida de consumo individuales. La distribuidora eléctrica activará el modo bidireccional en estos equipos cuando se dé de alta el autoconsumo. Asimismo, instalará un nuevo contador, conocido como contador de generación neta, que medirá la energía generada por la instalación.
El contador de generación neta puede ser propiedad del consumidor o alquilado a la distribuidora. En caso de que el consumidor opte por tener el contador en propiedad, este debe estar homologado, calibrado y ensayado por un laboratorio acreditado, y posteriormente precintado por la distribuidora.
Una vez activado el autoconsumo colectivo, la distribuidora deberá actualizar el contrato de acceso por terceros (conocido como contrato ATR) para cada consumidor asociado, indicando que forma parte de una instalación compartida. Aparte de eso, la comercializadora de cada consumidor modificará el contrato de suministro, oficializando si el consumidor está acogido a la compensación de excedentes y las condiciones económicas correspondientes.
Autoconsumo colectivo en comunidades de vecinos
Las comunidades de vecinos representan el ejemplo más accesible de autoconsumo colectivo del mercado fotovoltaico en España. Como dijimos, la mayoría de los españoles residen en edificios de apartamentos. El tipo de autoconsumo que nos ocupa ofrece una oportunidad significativa para generar energía limpia y sostenible y reducir las facturas de electricidad. Los paneles solares instalados en los techos de los edificios pueden proporcionar energía a todas las viviendas del bloque, cubriendo diversas necesidades.
Un modelo básico de autoconsumo colectivo en una comunidad de vecinos podría destinar la energía generada a alimentar servicios comunitarios como la iluminación de áreas comunes (vestíbulos, pasillos, aparcamientos) o ascensores. Un enfoque más avanzado permitiría que la electricidad generada se distribuya también a las viviendas individuales. Algunas comunidades optan por un modelo flexible, permitiendo a los vecinos unirse o salir del sistema de autoconsumo según lo deseen. Al respecto, es factible aplicar coeficientes de reparto de la producción constantes a lo largo del año o coeficientes variables para cada hora del año, adaptándose a las necesidades específicas de consumo.
De acuerdo con la Ley de Propiedad Horizontal, para implementar un sistema de autoconsumo en una comunidad de vecinos, es suficiente el acuerdo de la mayoría simple de la junta de vecinos para los usos comunes, y de un tercio para los usos privativos. Aun así, el coste de implementación no debe superar la cuantía de doce mensualidades ordinarias. Incluso, es indispensable establecer las condiciones específicas (criterios de distribución de la energía, modalidad y tipo de instalación, presupuesto, etc.) mediante un acuerdo firmado por todos los vecinos que participan.
Ventajas del autoconsumo compartido
Desde luego, el ahorro es una de las ventajas más citadas del autoconsumo colectivo. Pero, para una comunidad de vecinos hay otros beneficios que fomentan esta práctica:
- Menor dependencia de los precios de la energía. Al generar su propia energía, la comunidad reduce su dependencia de los fluctuantes precios del mercado y de los ciclos económicos. De esta forma, obtiene mayor estabilidad y previsibilidad en sus costes energéticos.
- Inversión inicial compartida y coste reducido de infraestructura y puesta en marcha. Ciertamente, las instalaciones fotovoltaicas han mejorado significativamente en términos de eficiencia y coste. A medida que la instalación aumenta de tamaño, el coste unitario por kilovatio (kW) de potencia instalada disminuye. Por si fuera poco, en una comunidad de vecinos, la inversión se divide entre todos los consumidores, resultando en un gasto individual menor.
- Uso de espacios infrautilizados. Las comunidades de vecinos suelen disponer de amplias superficies, como las azoteas, que están subutilizadas. Estas áreas son ubicaciones ideales para instalar paneles solares.
- Acelera la amortización de la inversión. En efecto, la inversión en la instalación de autoconsumo se amortiza rápidamente gracias a dos factores: el ahorro en el consumo de energía de la red, al utilizar la energía generada localmente, y la monetización de los excedentes. Estos excedentes pueden compensarse en la factura de electricidad o venderse en el mercado eléctrico, generando ingresos adicionales para la comunidad.
Econiza optimiza tus costes con el autoconsumo colectivo
En Econiza, nos especializamos en el diseño e instalación de sistemas fotovoltaicos para todos los tipos de autoconsumo individual y colectivo, contando con un equipo de profesionales altamente cualificados. Utilizamos siempre paneles solares y componentes de las marcas más reconocidas del mercado, garantizando eficiencia y calidad en cada proyecto. Nos destacamos por nuestra rapidez y eficacia.
En este sentido, analizamos los patrones de consumo y las características de las instalaciones en comunidades de vecinos, polígonos industriales y otros espacios. Nuestro objetivo es ofrecer la solución de autoconsumo colectivo más adecuada a las necesidades de cada grupo.
Igualmente, nos encargamos de todos los trámites administrativos y legales necesarios. Esto incluye la gestión de licencias y la obtención de subvenciones. Del mismo modo, efectuamos los trámites con la distribuidora eléctrica, y la actualización del contrato eléctrico para el registro y la compensación de los excedentes fotovoltaicos vertidos a la red, siempre buscando la mejor tarifa del mercado. ¡Nos ocupamos de todo para que tú no tengas que preocuparte por nada!
Por cierto, si los participantes en el proyecto lo requieren, ofrecemos servicios de monitorización de las instalaciones de autoconsumo colectivo. Nuestro análisis abarca tanto el consumo como la producción de energía y elaboramos informes mensuales detallados. También, proporcionamos soporte técnico integral a nuestros clientes una vez que las instalaciones están en funcionamiento.
¡Al contactarnos, recibirás un estudio técnico-económico inmediato y sin compromiso, que te ayudará a comprender cómo será tu sistema de autoconsumo colectivo y los beneficios que puede ofrecer a tu comunidad!